El ciclo Klasikoak, organizado por la Filmoteca Vasca y por el Zinemaldia, proyectará en la tarde de este viernes, a las 19.00 horas, en Tabakalera, Esa pareja feliz, “una película ejemplar” rodada en 1951 pero estrenada dos años después, que supone la primera colaboración entre Juan Antonio Bardem y Luis García Berlanga. La que se exhibirá será una copia en 4K restaurada por la Filmoteca Española y es por ese motivo que en la sesión de Donostia la proyección contará con la presentación de la directora de dicha cinemateca, Valeria Camporesi, que considera esta obra un auténtico “monumento” del cine español.

Protagonizada por Fernando Fernán-Gómez y Elvira Quintillá, Esa pareja feliz se enmarca en una tradición neorrealista, al narrar la historia de un matrimonio pequeño burgués que gana un concurso radiofónico el mismo día que despiden al marido, al que, además, estafan en un negocio. La propuesta “pincha” de alguna manera “la burbuja superficial del consumo” que se estaba instaurando en la sociedad, presentando “un supuesto bienestar material” que es capaz de arrasar con una pareja.

Ruptura con lo anterior

Camporesi explica que desde el mismo inicio del largometraje queda patente lo que supone esta obra en la historia del cine, es decir, una película que rompe con el periodo previo de la posguerra, una época “imperial” donde proliferó el cartón piedra. Esa pareja feliz cambió el rumbo y la “sensibilidad” de la cinematografía española, volviéndola mucho más “diversa”. 

El cambio, de cualquier modo, no fue exclusivo del cine español. Los propios Bardem y Berlanga llegaron a reconocer que algo cercano al neorrealismo “se encontraba en el aire”. Camporesi recuerda que apenas dos años después del estreno de Esa pareja feliz, una película tan “extraña” como Marty, la melancólica historia sobre un carnicero poco agraciado que busca el amor, arrasó en los Óscar.

Lo notable de la película también se encuentra en el guion. A juicio de la directora de la Filmoteca Española, está “muy bien escrito” con oportunos guiños cómicos.

Bardem y Berlanga

Al ser una producción "pequeña", tuvo un cierto “desajuste” entre su rodaje y su estreno. Vio la luz en 1953, el mismo año en el que Berlanga realizó Bienvenido Mr. Marshall. “Debía haber sido la segunda colaboración de ambos como directores, pero es cuando se ve que estos dos recorridos geniales tenían difícil encaje”, ríe Camporesi.

De cualquier modo, en el caso que nos ocupa hay mucho de ambos. Los aspectos más “cínicos”, “oscuros” y “crípticos en el sentido humano” responderían a un impulso más berlanguiano. En cambio, la aportación de Bardem queda patente en sus trazas más “regeneracionistas”, en el espíritu “de la película en encontrar otros valores colectivos alternativos” y “no capitalistas” que “funcionan”, algo que, por otro lado, “Berlanga siempre puso en duda”. La inteligencia con la que se planteó y su carácter de fábula, al estilo de un neorrealismo blando como el de Milagro en Milán, de Vittorio de Sica, hizo que la película superase la censura. Y ahora, 70 años después, puede disfrutarse en Tabakalera.