Adrián Bertol es responsable de Analítica e Inteligencia Artificial de Euskaltel. Esta semana ha participado en el primer Congreso de Inteligencia Artificial Aplicada de Euskadi-ApplAI, abordando la oportunidad empresarial que representa esta tecnología.
Se habla cada vez más de la economía del dato. ¿En qué consiste y cuales son los datos más valiosos en términos empresariales?
—Hace ya varios años que se habla de que los datos son el petróleo del siglo XXI. Representan ya un activo muy importante para empresas e instituciones. Proporcionan información que hasta hora se almacenaba, pero no se utilizaba. Ahora, con la Inteligencia Artificial (IA), esa información se va a poder emplear. Todos los datos tienen importancia, pero hay que tener en cuenta también que sobre los de carácter personal existe una legislación y una protección. No hay uno más importante, sino que todos son valiosos.
Dentro de la analítica existen las facetas descriptiva y prescriptiva, pero sobre todo la predictiva. ¿De qué se encarga cada una?
—Desde los años 80 se vienen recogiendo datos. Esa información es descriptiva, nos describe qué está pasando. Lo que nos permite ahora la Inteligencia Artificial es hacer predicciones a futuro con esos datos. Por último, la analítica prescriptiva; no solo sabemos lo que va a pasar, sino que podemos tomar medidas para corregir errores. El gran salto se produce en noviembre de 2022 con el surgimiento de Chat GPT, la denominada IA generativa. Son modelos muy parecidos a los de la analítica predictiva, pero la diferencia es que ahora lo podemos aplicar a cualquier conjunto de datos. Son modelos que crean un contenido nuevo. Recogen toda la información previa y se inspiran en ella para crear algo nuevo. Son capaces de crear texto e imágenes ‘ad hoc’ y que se parecen lo máximo posible a lo que pueda crear una persona. Actualmente, en el ámbito laboral, donde más avanzada está la IA es en la gestión del puesto de trabajo, como tareas y calendarios, y en la creación de contenidos nuevos.
Pero le falta el factor humano.
—Efectivamente, aunque podría ocurrir que en un futuro sea capaz de entender el contexto. Lo que tenemos ahora es un modelo matemático y unas redes neuronales que le permiten a la IA interpretar el lenguaje. En una conversación entre personas existen contextos, matices, y tonos. Esos registros la AI aún no los asimila. Hay un factor humano que la máquina no proporciona y le hace perder el valor diferencial que da una persona a una actividad. Esto va tan rápido que ni siquiera nosotros podemos estar al tanto de todo lo que surge cada día.
¿Cómo puede mejorar la Inteligencia Artificial la competitividad de las empresas?
—Mucho, pero se necesitan que comiencen ya con ello. Ahora. Hay una falsa sensación de que las compañías están empleando masivamente la IA. Eso está generando en muchas empresas la impresión de que llegan tarde y, en consecuencia, se están resignando. Yo aconsejo a las empresas que se pongan ya con este tema, no dentro de uno o dos años. Incluso las pymes se están formando en esta materia. La IA generativa tiene usos diferentes según el sector en el que se aplique. En entornos de empresas de logística puede contribuir a ahorrar tiempo; en la industria se emplea para optimizar tiempos de reparación y conocer cuando una máquina puede averirarse. En el sector de la distribución, un supermercado puede aprovechar conocer qué productos son los que va a vender mejor; en las telecomunicaciones sirve para la personalización de ofertas... En definitiva, tiene utilidad en todo tipo de sectores.
¿Qué consecuencias puede tener para las empresas no utilizar la Inteligencia Artificial?
—Lo que va a pasar, sobre todo, es que van a ser menos eficientes. Las compañías van a emplear la Inteligencia Artificial para ejecutar las tareas, y hacerlo de forma más rápido, lo que les va a permitir optimizar costes y ser más competitivas.
¿Supone una amenaza para el mercado laboral y el empleo?
— Pienso que es un movimiento que puede desencadenar muchas oportunidades de carácter laboral. El sector demanda perfiles de profesionales que sepan de datos y de tecnología. Faltan trabajadores por todos lados. La IA va a transformar el mercado de trabajo de forma profunda, porque cada vez va a ser más fácil emplearla. Es una oportunidad de trabajo en muchos sectores y con buenas condiciones. Sabemos lo que va a pasar en los próximos diez años [el impacto en el mercado de trabajo]. ¿Quién es más responsable? ¿Las empresas que utilizan la IA o las administraciones públicas que no redirigen la educación hacia este tipo de perfiles? Hay perfiles que se pueden reconvertir, como lingüistas, filólogos o matemáticos. Van a ser profesionales necesarios para entrenar los modelos de AI. Cambia el mercado, pero las oportunidades van a ser muchísimas.